lunes, 8 de junio de 2015

La designación de un juez militante...el responsable de mi acoso

El viernes, en el Boletín Oficial, se publicaron una docena de pedidos de acuerdo presentados por el Gobierno al Senado para cubrir cargos en la Justicia. Entre ellos el que propone que Ernesto Kreplak sea nombrado al frente del Juzgado Federal número 3 de La Plata. Kreplak, al igual que el ya mencionado Picardi, forma parte del equipo de operadores políticos sobre la Justicia que el Gobierno envió a los tribunales tras el descabezamiento de la SIDE, a fines del año pasado.
Este año Kreplak renunció a su cargo de jefe de Gestión Registral del Ministerio de Justicia para pasar a ser secretario general de la Cámara de Casación Penal. Su mayor relevancia pública la tuvo como titular del jury de enjuiciamiento contra José María Campagnoli, el fiscal que se atrevió a investigar la trama de lavado de dinero entre el empresario Lázaro Báez y la familia Kirchner.
La procuradora Gils Carbó fue quien montó esa expedición punitiva contra Campagnoli, finalmente fracasada. Kreplak, de carrera judicial, había llegado al Ministerio de Justicia de la mano de Julián Alvarez, viceministro y dirigente notorio de La Cámpora.
Desde la oposición señalan que Kreplak tuvo además participación activa en la operación desplegada en la Inspección General de Justicia para borrar huellas del escándalo Ciccone. La ex directora del Registro Nacional de Sociedades de la IGJ, Silvina Martínez, denunció entonces que el organismo había sido “copado por La Cámpora”. Terminó despedida.
El Juzgado Federal 3 de La Plata, para el que se propone a Kreplak después del correspondiente concurso, puede adquirir significación particular en tanto es el que, en caso de ser necesario, toma las funciones del juzgado 1 que tiene competencia electoral en la Provincia.
El peso del juez electoral puede ser decisivo en las PASO, incluyendo la oficialización de listas. Y también mantiene fuerte influencia en todo el proceso de la elección general.
El Federal 1 de La Plata está a cargo de Laureano Durán, un secretario ascendido a juez subrogante tras la muerte en setiembre pasado de Manuel Blanco, histórico titular de ese juzgado.
Durán, cuya situación está pronta a normalizar el Senado en el marco de la ley de subrogancias, es un producto genuino de la familia judicial, hijo de un ex juez federal y con más de 15 años de carrera en los tribunales. Sus amigos dicen que nunca tuvo militancia política y que lo “confundieron” con alguien de La Cámpora solamente “porque es joven”.
Sus pasos parecen orientados a seguir la línea tradicional. Esto es, articularse eficazmente con el sistema político en la Provincia. Así, Durán mantuvo en la secretaría electoral del juzgado a Belén Vergara, la misma funcionaria que cumplió esa tarea desde 1984 con el juez Blanco.

No parece casual que el peronismo bonaerense y el PRO no hayan producido hasta hoy ninguna queja fuerte contra Durán. No es el caso de los radicales, que pretenderían colocar en ese juzgado estratégico a un magistrado amigo.
Lo que resultó llamativo fue que desde despachos del Gobierno vinculados con operaciones sobre la Justicia se haya derramado cierta mala onda con Durán. Quizás tenga que ver con la línea de acción del nuevo juez respecto de la política.
El asunto es que Kreplak, un camporista en toda la línea, quedará al frente del juzgado que tomará cartas en cuestiones electorales en la Provincia si por alguna razón entrara en cuestión la tarea de Durán.
Difícil a esta altura creer en las casualidades.

http://www.clarin.com/politica/batalla-secreta-guerra-electoral_0_1367263343.html

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