"El gobierno puso como estrategia tener a los medios como enemigos"
Esta semana, el miércoles y jueves, el Consejo para la Transparencia realizará su V Seminario Internacional, titulado "Libertad de Expresión y Transparencia", al que asistirán varios invitados destacados, como el columnista chileno del diario "El Mundo", John Müller, el Comisionado Adjunto y Director de Libertad para la Information Comissioner Office (ICO) del Reino Unido, Graham Smith, y el periodista e investigador del diario Clarín de Argentina, Nicolás Wiñazki.
Este último cuenta, en conversación con "El Mercurio", que relatará su experiencia tras develar el famoso caso "Ciccone" de corrupción en su país que, asegura, provocó represalias en el acceso a la información pública.
-¿Qué sucedió con ese caso?
-El vicepresidente Amado Boudou y un grupo de amigos armaron una sociedad para controlar la imprenta Ciccone, la única empresa privada del país, y una de las pocas del mundo, que imprime billetes, en un proceso que hicieron con ayuda del Estado y que terminó con el gobierno de Cristina Fernández contratando a esa empresa para hacer billetes de 100 pesos. Ahora hay una causa en la que Boudou está imputado por asociaciones incompatibles con la función pública y enriquecimiento ilícito.
-¿Cómo afectó esto el acceso a la información?
-A partir de esa historia, lo que pasó por primera vez en Argentina desde 1983 es que se cerró el acceso de información en organismos públicos, en específico la información sobre las sociedades comerciales. Esto porque Boudou estaba vinculado a, al menos, una decena de estas. Se dejó de dar datos a periodistas, abogados, legisladores y jueces.
"Esas acciones se fueron profundizando y extendiendo a distintos organismos. Luego, con el caso de 'La Ruta del Dinero K', que destapamos con Jorge Lanata, el acceso desapareció. No existe. Se transformó en algo muy difícil de conseguir hoy. No solo sobre las actividades de la Presidenta, sino que se modificó el sistema en que los funcionarios detallan bienes en las declaraciones juradas".
-¿Cuáles fueron los argumentos?
-El gobierno hizo esto con argumentos jurídicos falsos, pues se emitió una ordenanza interna que decía que la información de las empresas eran datos personales, cuando toda la jurisprudencia del mundo dice lo contrario. Eso lo ordenó Cristina y lo instruyó La Cámpora.
"Esto muestra que los K se toman muy en serio su retirada. Ante los casos tan contundentes están cuidando su futuro judicial cometiendo barbaridades nunca vistas en democracia. Ni Carlos Menem lo hizo. Y va acompañado de una presión permanente a la justicia".
-En ese contexto, ¿qué rol ha tenido la justicia en la defensa de la transparencia?
-En el caso Ciccone la justicia empezó a investigar rápido, pero luego Boudou dio una conferencia en 2012 acusando a los jueces, a los fiscales y a los periodistas que lo investigaban de formar parte de una mafia transversal que quería hacer un golpe de Estado. A partir de eso el gobierno sacó del caso al juez, al fiscal y al jefe de los fiscales. Ahora la causa, con nuevo juez y fiscal, ha avanzado, pero se le intenta poner trabas de todo tipo.
"El gobierno de los Kirchner intenta limitar todo lo que puede la libertad de expresión, no solo trabando el acceso, sino que atacando a los periodistas de modo personal, a través del aparato de propaganda estatal, con afiches anónimos en las calles, con dirigentes que hacen declaraciones contra los medios de modo sistemático. Cualquier periodista de medio de difusión nacional que investiga al poder es desacreditado".
-¿Era esto distinto antes del caso?
-No, no lo era. Pero a medida que se fue acercando la segunda mitad del mandato de Cristina se profundizó. Incluso el gobierno, a través de ex periodistas que ahora son propagandistas, ataca a las instituciones que sacan noticias de esto.
-¿Los periodistas se han organizado contra esto? ¿Han tomado medidas?
-Hubo periodistas que han ido a la Comisión Interamericana de DD.HH. a denunciar todo. Pero ante eso hubo un acto en Plaza de Mayo, donde se hizo un juicio público a periodistas con carrera intachable, se los condenó con afiches, se los escupió en la propia casa de gobierno. El gobierno puso como estrategia tener a los medios como enemigos y se encargó de diversos modos de joder su trabajo.
-¿Cree que acabe esto con el cambio de gobierno?
-Sí, con el cambio de este gobierno va a terminar, pero más allá de eso, se generó una división fuerte entre periodistas. He trabajado con gente que me enseñó a investigar y que hoy, desde sus medios, nos atacan solo porque investigamos los crímenes del poder. Esa grieta va a tardar en cerrar.
"A los periodistas la única salida que nos queda es seguir haciendo nuestro trabajo, investigar. El arma más fuerte es la información, es indestructible. Más allá de lo que haga el gobierno, cuando hay información, siempre sale a la luz".
-¿Está enterado de cómo es el acceso de información en Chile?
-No lo tengo muy claro, pero me parece que el Gobierno de Chile no tiene esta actitud tan belicosa. Se sabe lo que hará la Presidenta, da conferencias y entrevistas. Hay acceso de información más libre que en Argentina. Pero lo importante es que hay que hacer un trabajo profesional. Siempre habrá alcahuetes de turno para intentar sostener un negocio corrupto.
"El gobierno de los Kirchner intenta limitar todo lo que puede la libertad de expresión, no solo trabando el acceso, sino que atacando a los periodistas de modo personal, a través del aparato de propaganda estatal".
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